Menos mal que sobran nubes

Si hablamos de hacer algo a repetición o de realizar una acción 1000 veces en nuestra vida, no podemos dejar de mencionar a Marcelo “el mendocino” Campoy, central del Sportivo Mauro La Espada, quien no deja de pinchar nubes y bajar pichones cada vez que rechaza la pelota en momentos en que el arco corre el riesgo de ser vencido.

Mendoza, llamado así por muchos de sus compañeros, es un defensor que no se destaca por ser sutil y tampoco le importa serlo. Cuando la pelota queda boyando en el área no tiene ningún tipo de problema en reventarla de puntín buscando el planeta más cercano, o en algunos casos, el más lejano.

El Sportivo es un equipo que está muy bien armado de atrás hacia adelante y Campoy es una pieza fundamental para que éste funcione. Por suerte, bajar bandadas de gorriones no es lo único que sabe hacer, también es un jugador que le pega al balón de afuera del área y su metro noventa es beneficioso para el juego aéreo, tanto en defensa, como en ataque.

A pesar de que el juego rústico esté mal visto, el mendocino está orgulloso del fútbol que despliega en el campo de juego: “No me importa que me llamen el picapiedra del campeonato, mi equipo es el que menos goles en contra tiene y eso me pone contento”, opinó el zaguero del Sportivo, que quiere seguir en buen nivel y llevar a la escuadra a lo más alto de la Copa Total Magnesiano.

Ezequiel Tramannoni